Un love hotel son aquellos hoteles que se caracterizan por estar disponibles para parejas, equipados con el mejor servicio de habitaciones para que tengan una velada romántica, íntima y única.

En estos hoteles, los clientes disfrutan de la privacidad y lujo de unos hoteles dedicados al confort y privacidad de las parejas. El origen de estos hoteles proviene de los salones de té en Japón que eran usados como prostíbulos. Hoy en día, la mayoría de los hoteles del amor son frecuentados por escapadas de parejas en busca de la intimidad que no pueden encontrar en su vida diaria.

Tanto para mantener la llama como para un encuentro fortuito, no son pocos los occidentales que se han sentido atraídos por los llamados Love Hotel en Japón, conocidos también como hoteles del amor. Y es que, al menos el concepto, llama la atención. Estamos acostumbrados a ver en las películas norteamericanas esos moteles de mala muerte alquilados por horas para un revolcón, pero esto no tiene nada que ver con aquello. Y es que los japoneses son especialistas en convertir un concepto en el máximo de los máximos. Así, los Love Hotels disponen no sólo de habitaciones temáticas y una discreción sin parangón; sino que tienen todos los componentes necesarios para unas horas de desenfreno y deseo.

¿Qué es un Love Hotel?

Para quien no conozca la existencia de este tipo de establecimientos, le resultará curioso saber que en Japón (y también en otros países como Corea e incluso España) se puede encontrar hoteles especializados en el encuentro amoroso o sexual, proporcionando un escenario con todo lo necesario. Para entender su existencia no hay más que pensar en cómo son las casas en las que suelen vivir los japoneses, de unas dimensiones bastante reducidas, con unas paredes finas, donde los encuentros sexuales en intimidad son complicados. Por ello, tanto las parejas jóvenes como los matrimonios convencionales con hijos, acuden a este tipo de hoteles para poder tener relaciones sexuales sin ser molestados. Esto no quiere decir que no haya también otro tipo de clientela, como aquell@s que tienen relaciones extramatrimoniales o las enjo kōsai, citas entre un hombre y una joven en las que hay un intercambio de compañía por dinero o cierto tipo de bienes de consumo, normalmente relacionados con la moda.

Primordialmente lo que une a todas ellas es el sistema de tarifas, que permite el alquiler por horas de una habitación. El contacto con el personal es el mínimo y eso rodea toda la experiencia de un gran misterio, además de discreción. Normalmente, en la entrada del establecimiento hay una máquina con fotos de las habitaciones para poder realizar la reserva. A veces se paga en esa misma máquina o en un mostrador muy cerca. A continuación, se accede a la planta donde se encuentra la habitación, de la que en ocasiones no se recibe ni la llave, sino que tiene una luz parpadeante arriba o simplemente se encuentra abierta.

Por otro lado, las habitaciones de los Love Hotel cuentan con un buen aislamiento en las paredes para favorecer la intimidad de quienes disfrutan del encuentro, una limpieza exhaustiva (si conoces algo a los japoneses en este aspecto ya sabrás que exhaustiva quiere decir muy exhaustiva), máquinas dispensadoras de preservativos en los pasillos (y algunas también de juguetes sexuales y otros accesorios), colecciones de cine porno y no porno.

Habitaciones temáticas, un plus

Pero sin duda, lo que más llama la atención son las habitaciones temáticas que se pueden encontrar en muchos de estos alojamientos del amor. Si habéis visto Mapa de los sonidos de Tokio, de Isabel Coixet, recordaréis que los protagonistas se internan en uno de estos establecimientos y eligen una habitación que recrea un vagón de metro. Algo parecido a la imagen que tenéis a continuación, que es de un Love Hotel de Osaka, el Tower´s Hotel.

Otras habitaciones diferentes que se pueden encontrar recrean lugares en la naturaleza, jaulas, salas de bondage, la cueva de Batman, un hospital, un aula o templos romanos. En algunas de ellas también hay sillones especiales para probar distintas posturas sexuales. Como guinda, hay Love Hotels que disponen también de un servicio de alquiler de uniformes y disfraces.